Con este lema la Oficina de la Procuradora de las Mujeres promueve este lunes 26 de noviembre a las 10am, una actividad en la cual por cinco minutos se leerá una proclama de denuncia y reclamo de cese de la violencia contra las mujeres. La violencia contra las mujeres en cualquiera de sus manifestaciones no puede justificarse, sea esta física, sexual, moral o psicológica. La violencia contra las mujeres es producto de la desigualdad de género en una sociedad que nos discrimina y nos coloca en una situación de inferioridad y subordinación frente a los hombres por el mero hecho de ser mujeres.
La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer, conocida como Convención de Belem do Pará, plantea que esta violencia surge de “las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y hombres”. Esta violencia no es un problema individual sino más bien social.
Un tipo de violencia que pasa desapercibida en la sociedad es la violencia en el parto y en el nacimiento. En este tipo de violencia moral y muchas veces física, se utiliza la condición de madre de la mujer para violentarle sus más mínimos derechos humanos durante el embarazo y el parto. El desbalance del poder entre el médico/a y la mujer y el monopolio de la prestación de servicios del parto por parte de los/as obstetras crea una situación de indefensión entre las mujeres ante su proveedor/a. ¿Cuáles son las formas de violencia en el parto? La medicalización del parto normal con el uso excesivo de la tecnología e intervenciones quirúrgicas, la restricción de movimiento, el uso continuo del monitor electrónico, la prohibición de las doulas o acompañantes del parto, la episiotomía de rutina, la prohibición de ingerir alimento, la soledad y desamparo, la escasez de alternativas no farmacológicas para aliviar el dolor, la separación de la pareja, el rompimiento del vínculo mamá-bebé y el no permitir intentar un parto vaginal después de una cesárea son algunas de las manifestaciones de esta violencia.
Esta violencia no se mide y no se toma en consideración el efecto perjudicial que tendrá en la díada. Como bien señalaran los autores del video “Callate y pujá” – La violencia ejercida en cada nacimiento sigue sembrando la violencia en el mundo. La violencia en el parto no es un asunto privado, ya que se trata de una violación de nuestros Derechos Humanos. El estado está obligado a garantizarnos a todas el derecho a tener un parto libre de violencia en donde se nos permita tomar decisiones informadas, sin presiones ni atropellos. En donde se respeten estas decisiones y no se juegue con nuestros sentimientos.
Recordemos las palabras de la activista y escritora Suzanne Arms: “Sí anhelamos crear un mundo sin violencia donde el respeto y la ternura logren reemplazar el miedo y el odio, debemos comenzar con el trato que nos damos al comienzo de la vida. Pues es ahí donde se cimientan nuestros patrones más profundos. A través de estas raíces crece el temor y la enajenación o el amor y la confianza.”
Nos unimos a esta campaña en contra de la violencia y los/as exhortamos a que afirmen en cinco minutos TODOS los días… ¡NO MAS VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN EL PARTO!”
Ana M. Parrilla Rodríguez, MD, MPH, FABM
Fuentes:
http://www.promani.org/
http://www.elpartoesnuestro.es/
http://www.motherfriendly.org/
http://www.iidh.ed.cr/documentos/pedagogicasorganismos/cefemina%20costa%20rica.htm
Este trabajo por Ana M. Parrilla-Rodríguez tiene una licencia bajo Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported (CC BY-NC-ND 3.0)
4 comentarios:
Creo que toda esta pesadilla del parto debe acabar. En lo personal mi primera experiencia en una sala de partos fue una pesadilla por ambas partes.Primero perdí el bebé a las 24 semanas de gestación, pase alrededor de 24 horas de angustia,dolor y para colmo sola sin nadie a mi lado para reconfortarme. Sabían que ese bebe venía sin vida y como quiera em dejaron allí sola como si fuera cualquier cosa. no pude estar con mi esposo y después no entienden la frustración y el dolor de uno en un hospital frío y alrededor cuatro paredes que era lo único que me acompañaba.
En mi segundo parto sólo tenía 1cm y me hospitalizaron y aunque este parto era diferente ya que por fin iba a tener un bebé con vida, pasa lo mismo 12 horas de dolor inducido, con un médico que me dejó sola, sin mi esposo. Mi bebé por poco nace en la camilla es que yo no sabía que estaba pasando yo solo sentía ganas de pujar, una enfermera se dio cuenta y cuando me vio ya la cabeza de mí bebé estaba fuera así que el médico ni me atendió el parto se había ido a su oficina que quedaba lejos.
En mi último embarazo hace 10 meses todo fue bien diferente era otro obstetra y me fui de parto sola, mi obstetra no me puso ningun medicamento , todo fue más placentero, no me dejó sola y permitió que mi esposo estuviera en el proceso, me sentía más relajada y no grité tanto.
Y para terminar porque si sigo contándoles mi experiencia con las enfermeras que desde la sala de parto hasta el nursery no saben nada ni de partos y mucho menos de la lactancia, ellas o el hospital violan mucho nuestros derechos y estoy de acuerdo de que esto debe acabar y si mis experiencias ayudan un poco a hacer conciencia de todo esto pues me uno y grito "No más VIOLENCIA".
Hola a tod@s,
Me parece que el parto, que se supone que sea un acto de amor, se a convertido en uno de violencia en contra de la mujer. Y asi lo pienso ya que me gustaria saber si los hombres parieran les estarian haciendo tantas cesareas, yo opino que NO! ya que ellos no se dejarian hecer tal atrosidad.
Pero como desde el principio de los tiempos vemos el abuso que existe en contra de las mujeres, eso se traspasa a todo lo que las mujeres hacemos y es ahi donde se encuentra el parto ya que se supone que es un acto de mujeres, pero ahi vienen los doctores (la mayoria hombres) y nos violan nuestro derecho a parir no solo vaginalmente sino que naturalmente (sin medicamentos alguno).
Gracias nuevamente doctora por estar ahi para todas nosotras en busca de proteger nuestros derechos.
Saludos,
Rye
Hola:
Este artículo tiene mucho de cierto y pienso que nosotras las mujeres somos las que debemos comenzar a sacar la cara por nosotras mismas y hacer algo al respecto para poner poco a poco nuestro granito de arena y parar con estas injusticias.
Yo con mi primer embarazo no tuve una experiencia muy buena, ya que me hicieron una "cesárea innecesaria", y además de dejarte una cicatriz física, tenía una cicatriz emocional que es mucho más difícil de sanar. Cuando me enteré que estaba esperando mi segundo baby, me dije a mi misma que era yo quien tenía que hacer algo para evitar que me sucediera lo mismo y que si por casualidad terminaba en cesárea , pues tener la satisfacción que se trató de tener el baby de manera natural.
Busqué información en la página de PROMANI y contacté uno de los doctores que hacen VBAC y no me arrepiento. La relación que uno tiene con el doctor es diferente, me sentía en plena confianza de hablarle y preguntarle lo que fuese y no me sentía presionada de que no quisiera contestarme o me diera información co correcta o a lo rápido para salir de mí. Tanto él, como su grupo de enfermeras parteras y las demás chicas son personas muy amables y te hacen sentir especial. Tuve mi plan de parto, el cual pude discutir con una de las enfermeras parteras, así como con él sin ningún tipo de prisa y el día del parto, pudo estar conmigo mi esposo, mi mamá y mi doula y a pesar que fueron muchas horas, en ningún momento me sentí presionada, en ningún momento me insinuó el practicarme una cesárea, no fué una persona invasiva de los que a cada rato entran para chequearte, sino que dejo que el tiempo y mi cuerpo tomaran el control del parto. Pude tener a mi baby de manera vaginal, a pesar de que el primero fué cesárea y fué una experiencia que no olvidaré jamás. En el hospital el trato fué muy bueno y a pesar de que al principio el baby no se pagaba bien, no me instaron a utilizar fórmula, sino que me ayudaron a sacarme la leche y darsela con vasito para ni siquiera tener que utilizar una botella. Gracias al Doctor Ramón Pérez y su equipo en Cidra (Natural Obstetrics) y al Hospital Menonita en Cayey.
Hola a tod@s,
Soy sobreviviente de violencia violencia domestica y de violencia en mi parto. Lamentablemente mi obstetra me emvio para el hospital a las 39 semanas con 1cm y como la mayoria de los partos inducidos, termine en una cesarea. Fueron aproximadamente 20 horas de intenso y continuo, dolor; sin poder comer, sin compania, sin poder moverme con la maquina de las contracciones y el suero y tener q orinar cada 5 min en un pato. Fue la experiencia mas espantosa q alguien pueda vivir y despues 8 horas de separacion de mi bebe sin poder amamantarlo.
Esto es algo q tiene q acabar, tenemos q tomar estas decisiones por nosotras y no dejar q nadie las haga por mi. Si tuviera otro haria todo lo posible por tenerlo en mi casa con una dulce partera q me apoye. Tenemos q ser fuertes y hacer escuchar nuestra voz. Porque duele mucho q una pareja te haga dano fisico o emocional. Sin embargo es mucho peor q un desconocido nos violente a nuestro bebe y a nosotras mientras lo tenemos. NO MAS VIOLENCIA
Publicar un comentario