La vitamina D ayuda en la absorción y uso de calcio y fósforo y promueve el crecimiento de los huesos. Su deficiencia produce raquitismo. La cantidad de vitamina D y sus metabolitos en la leche humana es de 25 IU. Las nuevas recomendaciones sobre la ingesta de vitamina D emitidas por la Academia Americana de Pediatría son a los efectos de que todos los bebés lactados reciban un mínimo de 400 IU de vitamina D desde su nacimiento. Estas recomendaciones son basadas en la poca exposición que tienen los niños a la luz solar y al hecho de que se han encontrado que algunas mujeres tienen niveles bajos de vitamina D durante y después del embarazo. No es que la leche materna sea deficiente en esta vitamina sino que los niños que no se exponen al sol no pueden sintetizarla. Sin embargo las compañas de leche artificial querido dar la falsa impresión de que la leche materna es deficiente en ésta, ya que se le añade artificialmente a las fórmulas, cuando la realidad es que los niños deben obtener la vitamina D a través de la síntesis en la piel estimulada por los rayos ultravioleta, no a través de la leche materna.
La suplementación es sumamente importante especialmente, en bebés de piel oscura y/o niños que viven en zonas privadas de luz solar, niños que están la mayoría del tiempo cubierto y a los niños a los que se aplican protectores solares. Nuestra postura es que si el niño no se expone a baños de sol (luz indirecta) diariamente, lo cual desgraciadamente no ocurre con frecuencia en nuestro país, entonces se le ofrezca la vitamina D, siempre y cuando se le explique a la madre la verdadera razón de su uso. Un estado adecuado de vitamina D durante el embarazo es importante para el desarrollo esqueletal, la formación de esmalte dental, y el crecimiento y desarrollo general del feto. De igual manera se postula que unos niveles maternos adecuados de vitamina de D durante la lactancia podría producir una leche con niveles adecuados para suplir las necesidades del infante.
Referencias:
American Academy of Pediatrics, Section on Breastfeeding. (2012). Breastfeeding and the use of human milk. Pediatrics, 129, e827-841.
Parrilla Rodríguez, A.M. (2013). Guía práctica para una lactancia exitosa. (3raEd). San Juan:Editorial Koiné.
Wagner, C.L., Taylor, S. N., & Hollis, B.W. (2010). New Insights into Vitamin D during Pregnancy, Lactation and Early Infancy. Amarillo, Tx: Hale Publishing.
2 comentarios:
Desgraciadamente la mayoría de mujeres somos deficitarias en vitamina D por lo que es muy difícil que los niveles de esta hormona sean los adecuados en la leche materna. Lo que recomiendan los expertos en vitamina D en el embarazo y la infancia es que la futura madre solicite una analítica del 25(OH)D y si no está entre 32 y 50 ng/mL (según época del año, en primavera hasta finales verano), debe tomar suplemento o exposición controlada al sol.
Los efectos de la insuficiencia en la madre y en el bebé no solo son óseos sino que van mucho más allá. Le recomiendo la lectura del libro que indica o los vIdeos de la dra Wagner.
Muchas gracias
Rosa Sorribas, IBCLC
Estoy de acuerdo con su comentario. Definitivamente las madres deben verificar los niveles de Vitamina D durante el embarazo. Conozco los trabajos de la Dra. Wagner, he visto su vídeos, participado en sus conferencias y oído sus podcasts. Sin embargo, según la latitud, la exposición al sol y la raza, es la magnitud de la deficiencia en las mujeres.
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