domingo, 11 de marzo de 2018

Parteras demuestran mejores resultados para la salud de las madres y la niñez

El boletín diario del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) "Today's Headlines" ha colocado como su noticia líder para el 7 de marzo de 2018 una reseña titulada "Los estados donde las parteras están más integradas al sistema de atención a la salud reportan mejores resultados maternales, según un estudio". Plantea ACOG que este Colegio ha apoyado la práctica de la partería autónoma y de amplio espectro, como proveedoras cualificadas y responsables que trabajan en colaboración con obstetras en un sistema integrado de atención a la maternidad que promueva cuidado adecuado sin interrupciones y con fluidez. Se cita al doctor Hal Lawrence, principal oficial ejecutivo de ACOG, diciendo que "apoyamos a la partera con adiestramiento adecuado para proveer servicios de prevención y atención primaria". En otras palabras, el modelo de atención basada en equipos no significa que un médico tiene que supervisar siempre a una partera.
 

El estudio a que hace referencia ACOG se publicó el 21 de febrero de 2018 en la revista médica PLOS Medicine, una publicación semanal arbitrada por pares desde 2004, como segunda publicación científica de la "Public Library of Science" de EEUU. La autoría de este trabajo es de 10 prominentes profesionales académicos y clínicos de varias instituciones prestigiosas de Canadá, Australia y Estados Unidos de América. Están incluidos en este grupo profesionales de la obstetricia, medicina de familia, demografía, salud pública de la madre y la niñez, antropología, administración y políticas de salud, y partería.
 

Plantean estos autores que la coordinación inadecuada entre proveedores e instalaciones de atención al parto se asocia a resultados adversos para la madre y para su bebé. La investigación en este campo ha demostrado que la integración de la partera a los sistemas regionales de salud es un determinante clave para obtener resultados óptimos de salud reproductiva para madre y bebé.
 

Los investigadores examinaron datos de una base de 50 estados que describe el ambiente para la práctica de la partería y colaboración interprofesional, diferencias detalladas entre diversas jurisdicciones en cuanto al alcance de la práctica, autonomía, gobernanza, autoridad prescriptiva, así como restricciones que pueden afectar la seguridad de la paciente, calidad de servicios y acceso a proveedores de servicios a la maternidad. Mediante metodología estadística se seleccionaron temas clave a incluirse en un "Midwifery Integration Scoring System" (MISS). Las puntuaciones más altas indicaban mayor integración de las parteras a través de todos los escenarios. Se evaluaron los estados y se ubicaron de acuerdo a su puntuación en el sistema MISS. Se aplicaron entonces coeficientes de correlación entre las puntuaciones MISS y los resultados de salud materno- infantil en los estados, así como la densidad de parteras entre los diferentes estados y el lugar del parto.
 

Los resultados indicaron que las puntuaciones MISS más altas se asociaron con tasas significamente más altas de partos vaginales espontáneos, partos vaginales en madres con cesáreas previas, amamantamiento, así como tasas significativamente más bajas de cesáreas, partos pre-término, bebés de bajo peso y muertes neonatales.
 

Desde 2014 la Serie Lancet sobre Partería concluyó que "la inversión nacional en parteras y en su ambiente de trabajo, educación, regulación y manejo... es crucial para el logro de metas nacionales e internacionales en cuanto a salud reproductiva, materna, neonatal y de la niñez." En aquellos países en que las parteras están integradas al sistema de atención a la salud reproductiva, los beneficios de las parteras se han documentado. Los expertos mundiales en la salud han recomendado mejorar la participación de la partera para mejorar los resultados maternales y neonatales, reducir las tasas de intervenciones innecesarias, y reducir los costos. A pesar de esto, el acceso a cuidado por parteras en Puerto Rico es muy limitado, el programa de Educación de Parteras de la Escuela Graduada de Salud Pública de la UPR se clausuró recientemente, y no tenemos todavía una ley de partería que cumpla con los requisitos y criterios recomendables. Mientras eso ocurre en nuestro país, en países de altos recursos las parteras atienden el 50-75% de los partos, y aún en EEUU aproximadamente el 10% de los partos los atienden parteras. Puerto Rico está muy atrás en este renglón.
 

La Confederación Internacional de Parteras ha identificado la regulación como uno de los pilares de una profesión de partería fuerte. La regulación se refiere a un cuerpo de criterios y procesos que surgen de la legislación que describe el marco de acción de la práctica de la partería. Este marco incluye las actividades de las parteras en que se han educado, en las que tienen competencias, y están autorizadas para practicar, consistentes con la definición de la partera de la ICM (Confederación Internacional de Parteras, por sus siglas en inglés). Este proceso es similar a lo ocurrido en EEUU en 1910, año en que se emitió el Informe Flexner. Este documento transformó la naturaleza y el proceso de la educación médica en ese país, con el establecimiento de un modelo de educación que fue de ahí en adelante la norma de la educación médica. La transformación se apoyó en ese informe, que abrazó el conocimiento científico y sus avances hasta ese momento como definitorio de lo que tenía que saber y cómo debía actuar el médico. 

El estudio citado ha demostrado que un ambiente en una jurisdicción que apoye una mayor integración de las parteras al sistema de salud reproductiva está asociado a que haya más parteras y partos atendidos por parteras en esa jurisdicción. Esta mayor integración está significativamente asociada a tasas mayores de partos vaginales, partos vaginales después de cesárea y de amamantamiento a los seis meses, así como a tasas más bajas de intervenciones obstétricas, partos prematuros, bebés de bajo peso al nacer y muertes neonatales. En Puerto Rico estas tasas están mucho más altas de lo esperado, excepto las tasa de amamantamiento, que están por debajo de lo esperado. En Puerto Rico, con la crisis económica grave que vivimos, y la crisis venidera en el sistema de salud, esta información pudiera ayudar enormemente a mejorar nuestros indicadores de salud y aliviar la crisis económica del sistema de salud. La incorporación de la partera al sistema de salud reproductiva es una inversión sabia, humanista y ética, además de constituir una estrategia para reducir la crisis económica en nuestro sistema de salud, a la vez que contribuye a la humanización de la atención al embarazo y el parto, que tanta falta hace. En Puerto Rico tenemos que integrarnos a estas corrientes internacionales progresistas, abogar por la incorporación de la partera al equipo de prestación de servicios de salud reproductiva, y trascender el modelo médico de altas tasas de intervenciones innecesarias, pues ese modelo ha demostrado su incapacidad para colocarnos a la vanguardia de los países del mundo con modelos avanzados y humanizados que produzcan mejores indicadores de salud reproductiva para nuestras futuras generaciones. 

José J. Gorrín Peralta, MD, MPH, FACOG
Ana M. Parrilla Rodríguez, MD, MPH, FABM, IBCLC, FACCE
 

Referencias:

Empowering Midwives May Boost Maternal and Infant Health, Research Indicates. (2018). ACOG Today's Headlines. Retrieved 9 March 2018, from http://mailview.bulletinhealthcare.com/mailview.aspx?m=2018030901acog&r=guide463dd6f91a0bd8cfbac3bb826e59858&chk=000-a91 


Vedam, S., Stoll, K., MacDorman, M., Declercq, E., Cramer, R., & Cheyney, M. et al. (2018). Mapping integration of midwives across the United States: Impact on access, equity, and outcomes. PLOS ONE, 13(2), e0192523. http://dx.doi.org/10.1371/journal.pone.0192523